Y en mis ojos retumba tu nombre.
Lo escucho cuando se escucha el silencio.
Lo escucho de noche y al día siguiente no lo recuerdo.
Y sigo escuchando el eco,
aunque no me permite llegar muy lejos,
que no me permite saber si te quiero.
Que valés la pena seguro,
pero sabés que mi mundo no gira como el tuyo.
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