martes, 1 de mayo de 2018

monte

convencida de que no iba a perderte,
me alejé un poco,
te veía moverte de reojo,
hasta ya no verte.
Y te perdí,
y me perdí.

Dí vueltas un largo rato,
hasta darme cuenta,
de que no sabía donde estaba.
Tan desesperada que tampoco sabía de dónde venía.
Pasaban pájaron volando,
y eso me daba esperanzas de que aún podía volver.

Y tardé bastante,
pero llegué,
y pensaba si vos te habrías perdido también.
Pero no,
vos como siempre ya estabas ahí,
sentado a la sombra, tranquilo.

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