si el corazón pudiese pensar, pararía.
Para qué latir en esta ruina,
tiene tanto que pensar.
Ligó más de una bala perdida,
más de una bala prohibida.
aunque si la puerta se pudiera trabar,
no lo haría.
la dejaría abierta,
a la risa,
al llanto,
para llenarse y bombear esa energía.
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