(Cosas que de verdad dan miedo.)
Querer por la nececidad de no sentirnos solos, y en un tiempo de olvido y rechazo, aborrecer todo aquello que en algún momento nos hacía felices.
Aferrarse a lo único que parece real,o algo parecido a una verdad que no es la nuestra y empezar a formar parte de ella o simplemente mirarla de costado y de vez en cuando cambiar de lado, variar la perspectiva de algo equilátero. Todo por el deseo de sentir que pertenecemos a algo y no que somos protagonistas efímeros de la vida de alguien más. Tal vez,luego de un tiempo, al acostumbrarnos a todo esto, comenzamos a tomar con naturalidad la situación y ver el cambio de sentimientos no como una mentira alegre y luego como una verdad dolorosa, sino simplemente un ciclo normal de nuestra vida.
Lo aterrador de que un día repentinamente, lo único que creíamos compartir y que sentíamos nos unía en afecto a alguien que verdaderamente apreciabamos, desaparezca sin dejar rastro alguno, salvo por la amarga sensación de que todo fue sido un sueño .
Cuando nos damos cuenta de que algo que queríamos tanto, no era en realidad lo que nosotros imaginábamos o creíamos conocer, sino eso de lo que por tanto tiempo luchamos para no ser o hacer.
O que lo que en una época disfrutabamos como nuestra cosa predilecta y por el harto de la rutina y la condición predecible que esas cosas adquieren para nosotros, las movemos al extremo contrario y cada vez que pensamos en estas el inmediato sentimientoes la evasión.
Y cuando por tanto tiempo vemos quienes no queremos ser y al mirar retrospectivamente, nos damos cuenta de que sin darnos cuenta nos hemos convertido en eso que con tantas ganas quisimos evitar ser.
Tratar de convencernos con una hipótesis que en el fondo(no tan en el fondo sino al pensar un momento) sabemos, son mentiras muy grandes, sólo por conveniencia para tomarlo como convicción y no ser incrédulos totales.
Conformarnos con lo que hay, en un principio para entretenernos hasta encontrar algo que luego olvidamos buscar. Nunca buscar sino simplemente entregarnos a la suerte de que cosas que nos parezcan útiles, se presenten en el camino para desviarnos o meternos en el lugar que eso nos quiera llevar o que nos dejemos llevar.
Y en el momento en que perdimos cualquier certeza o nos damos cuenta de que jámas tuvimos alguna, o desechamos las pocas buenas que nos quedaban, por escuchar otros discursos que nos atontaban, y quedarnos en la nada sin tener siquiera seguridad de una identidad.
El pasado que sabemos inadulterable ,muchas veces lamentablemente ,otras por fortuna (debido a las variadas opciones que quizá podrían haber derivado en cosas peores, o solo por las inagotables posibilidades que imaginaríamos de futuro que nos dejarían absortos), y quizá peor es saber que no podemos cambiar cosas pasadas pero vernos inertes a la posibilidad que cambiar el pasado en el presente, y de estar inseguros e indecisos en la toma de decisiones y que las cosas fluyan sin que podamos reaccionar.
Sentir que no hay nada en absoluto que uno pueda controlar en el mundo,ni siquiera uno mismo(no por sentirse poderoso y controlador) cuando las cosas que no le pertenecen a nadie mas que a vos derrepente son manejadas (aunque sea momentáneamente) por otros .
Nota: Encontré recién esto, que escribí en febrero del 2008. Me asusta a mí misma, no me veo hoy escribiendo así, ni entiendo cómo pude escribirlo. Perdí esa (in)capacidad . Espero que se entienda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario