Los raspones de una noche oscura.
La avalancha de predicciones.
Y yo te quería a vos.
El peso de mi congelamiento,
fui hacia vos.
La cara que me fue dada.
No tengo similitudes con los espacios en el libro de las leyes,
como las caras en un libro de palabras,
sigo adelante.
La igualdad de oportunidades.
La última cosa que haya visto
y te lo grité a vos.
El dolor que nececitaba
fue una clase de verdad.
La meta que estaba alcanzando
era la pared que crecía.
Las modas que me perdí,
la delgadez en una persona
y lo hice,
y estaba gritando un maldito asesinato,
cuando llegaron los cargos,
y paré junto a la ruta,
porque de ahí viene mi Dios,
pero está tan lejos.
Parece que los accidentes han ido directo a vos
y cambiaste tu punto de vista,
y los lugares a los que vas.
Y me desbordé,
y me desbordo.
Y estoy tan encantado de que seas mía,
tuerce la fábrica del tiempo
y soy inútil
y sus caras son cuerpos
y sus manos son pies
dejenme rodar en cosas que no puedo creer
pero traté
sí, traté
y traté,
vos sabés que traté.
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