Ya no duerme en mi cama,
las llamas son ahora de hielo,
porque él se llevó todo el fuego.
En las profundidades del cielo,
volando en un mar incierto.
Ya no llama,
y aquí nadie descansa.
Él es la tormenta arrasadora,
el mar que todo lo ahoga,
el veneno mortal de una serpiente.
Él está en mi mente,
él está ausente,
él está aquí siempre.
Él está en mi boca,
él hace que no lo olvides y se borra.
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