Nuestro amor es demasiado para cualquier cama.
En la mía las sábanas se quejan,
de los hilos que se escapan, que las dejan.
Se han arruinado tanto desde que entraste.
Quedan sólo las hilachas, de lo que alguna vez fue nuestra casa.
Podemos dejarlo así,
mientras seamos felices,
¡que se nos rompa el alma!
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